Ansó-Hecho, un queso artesanal del pirineo aragonés
Este queso se elabora en la zona de los Valles pirenaicos de Ansó y de Hecho en la parte noroccidental de la provincia de Huesca y en la zona central (Canfranc y Sallent) del alto Pirineo oscense.
El queso Ansó-Hecho se elabora tradicionalmente a partir de la leche de oveja rasa aragonesa, churra y latxa en pleno Pirineo, aunque en la actualidad se elabora también con leche de vaca o con leche de mezcla de oveja y vaca. Su elaboración es exclusivamente artesanal, y poco numerosa.
Los valles del Alto Pirineo oscense, tanto los Valles de Ansó y Hecho como en las zonas de Canfranc y Sallent, tienen el clima y la geografía de la alta montaña pirenaica, y un sistema de organización pastoril y de trashumancia y por tanto una cultura y hábitos parecidos a los de otros valles de la zona (tiene similitudes con otros quesos del Pirineo central, como el del Roncal o los del Valle de Aran), pero su difícil comunicación entre sí ha servido para que los quesos que elaboran tengan diferencias que les distinguen pese a que tienen formas parecidas de elaboración. Es queso se produce en primavera y comienzos del verano.
Solo, de aperitivo o de postre
Es un queso de coagulación enzimática, de prensado intenso, por tanto es de pasta prensada. Salado por inmersión en salmuera, un queso madurado que va de semicurado a curado. Su corteza es cerrada y lisa, color amarillo pálido mientras que su interior es firme y compacto, con un color que varía de un blanco marfil amarillento a un amarillo pajizo en los más curados.
El queso Ansó-Hecho tiene un tamaño medio, que oscila entre el kilo y medio y los cuatro kilos. En nariz se perciben notas a hierba, a heno, granos o frutos secos y a avellana mientras que el sabor del queso Ansó-Hecho es mantecoso y ácido, no muy fuerte y nada salado. El queso de estos valles puede resultar algo picante y astringente, sensaciones que serán más acusadas cuánto más maduro esté el queso.
La degustación del queso Ansó-Hecho puede acompañarse de vinos blancos secos o tintos de buen aroma. Es un queso para comer solo, como aperitivo o de postre, acompañado con membrillo o confituras no muy dulces. Se puede utilizar también en ensaladas e incluso rallado para gratinar o en la preparación de salsas con crema de leche y mezclado con un queso de pasta azul.