Boffard, 130 años elaborando buenos quesos
Repasamos la historia de Boffard, una enseña pionera en la industria quesera en España que se considera la marca de queso más antigua que existe en nuestro país
En 1880, Claude Napoleón Boffard, perito agrícola de origen francés, se trasladó a Reinosa y fundó la que fue la primera industria quesera de España, fabricando especialidades típicamente francesas como camembert, port-salut y otros. Hasta entonces la elaboración de queso se realizaba en las granjas en un ámbito estrictamente familiar.
Del rapidísimo buen hacer de esta industria y de su reconocida importancia nacional da fe que el 19 de diciembre de 1882, el rey Alfonso XII concediera por Orden Real a Claude Napoleón Boffard los honores de “proveedor de la Real Casa” con el uso del escudo de Armas Reales en la muestra, papel de cartas, facturas, etiquetas de su fábrica de quesos y mantecas de Reinosa. Dicho escudo se ha ido utilizando de manera ininterrumpida desde esa fecha hasta nuestros días en la presentación de todos los quesos fabricados y comercializados por la firma Boffard. Por aquel entonces Boffard se había ganado el beneplácito de los consumidores y la admiración de los competidores quienes, alguno de ellos, no dudaron en imitar los procesos de elaboración y comercialización de Boffard
En 1905 fallece Claude Napoléon Boffard. Su legado, sin embargo, se mantendría vivo. Su viuda e hija recogen las riendas de la empresa y continúan con las exigencias de calidad que siempre había mantenido Don Claude Napoleón.
Durante los 13 años que siguieron a la muerte de Don Claude Napoleón, su viuda se mantuvo al frente de la compañía. Pese a la desaparición del fundador, el prestigio de los quesos Boffard siguió siendo un valor al alza. En 1918, Núñez Morante, rentista montañés aterrizado en España un año antes, decide comprar la marca comercial Boffard, así como todas las instalaciones, utillajes, maquinaria y efectos dedicados a la explotación del negocio quesero existentes en las fábricas de Reinosa y Torrelavega.
Después de seis años del conflicto armado más grande y cruento de la historia, la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin, oficialmente, el 2 de septiembre de 1945. Mientras que para los países directamente involucrados en la contienda comienza el difícil periodo de posguerra, España cumple ya seis años en la suya. En este periodo de restricción, en el que la poca leche de vaca se utilizaba para la alimentación racionada de la postguerra en forma de leche en polvo, Núñez Morante decide trasladar su negocio a tierras palentinas. En 1951 la empresa cierra la operación de compra de las instalaciones de Frómista que estaba utilizando, en régimen de alquiler, para la fabricación de sus quesos. Desde Frómista, los quesos Boffard, y especialmente los quesos de pasta prensada elaborados con leche cruda de oveja, vuelven a recibir los honores de los sibaritas de aquella época. Núñez Morante entiende rápidamente que una de las claves del negocio es justamente la regularidad y el abastecimiento de leche. Es la razón por la que decide, otra vez, que la compañía Boffard debe mudarse. El destino escogido por Nuñez Morante no es otro que Valladolid. Una elección en la que influye la estratégica localización de la ciudad, que hace de ella un importante centro de comunicaciones, y las grandes ganaderías que abundaban por las tierras pucelanas. La nueva factoría de Boffard se ubicará, primero, en el numero 3 de la calle Linares de la capital vallisoletana. El queso Boffard se fabricaría entonces, tanto en Frómista como en Valladolid; hasta 1957. El 27 de noviembre de aquel año, la sede pucelana se traslada al callejón de la Alcoholera.
Tras más de cincuenta años dedicado al arte de la elaboración del queso, y de llevar a la marca Boffard a lo más alto, Núñez Morante decide retirarse y vender Boffard. En 1985, el grupo Osborne entra en juego y, obedeciendo a su política de expansión y diversificación de productos alimenticios, decide comprar Boffard, cerrando la operación el 1 de enero de 1988.
Como era de esperar la calidad de los quesos de la marca no se resiente tras este traspaso. Tres años después de la adquisición de la marca, Grupo Osborne inicia un plan de inversiones para la modernización de la fábrica Boffard de Valladolid. Dado el asombroso éxito de Boffard, los dueños de la compañía se plantean aumentar su producción y seguir exportando a los países de la UE. En aquel momento, Boffard producía 1.5 millones de kilos de queso al año. Con estos nuevos objetivos, las viejas instalaciones del Callejón de la Alcoholera no son suficientes y la compañía decide mudarse por ésa y por otra razón de peso: entraba en vigor la Ley Europea de Homologación de las Industrias Lácteas para el Mercado Comunitario. La homologación de la fábrica de Valladolid a nivel higiénico y sanitario, la adaptación de los edificios y las dificultades de mantener una industria en un, cada día más, casco urbano, llevaron a la dirección de la compañía a tomar definitivamente la decisión de diseñar una nueva fábrica en 1994. El lugar elegido fue una parcela ubicada en la finca de Palazuelos el Viejo, que formaba parte del paraje natural de Soto de Aguilarejo, y situada en el término municipal de Corcos del Valle a 18 kilómetros aproximadamente de la capital.
En 1998, la marca Boffard pasa a manos de otros dueños. Esta vez la compradora es Mantequerías Arias, una de las empresas lácteas más importantes de España, con un largo historial: Arias fue fundada en 1848 en Asturias. Boffard salía así de un gran grupo alimenticio como Osborne para enrolarse en una firma líder en el sector quesero dentro del panorama internacional, ya que, a su vez, Mantequerías Arias forma parte del Grupo Savencia (antiguo Grupo Soparind-Bongrain) con marcas tan conocidas como Burgo de Arias, Caprice des Dieux, Saint Agur, Chaumes, Coeur de Lion, Angulo y, por supuesto, Mantequilla Arias. La leyenda cuenta que el fundador del Grupo Savencia, Mr Jean-Noël Bongrain, recientemente fallecido, estaba interesado por el negocio del jamón ibérico y en una de sus frecuentes visitas a España, país que adoraba y en el que residió muchos años, decidió hacerse con esta marca y cerró la operación con la familia Osborne en menos de una semana.
Con Mantequerías Arias, Boffard inicia una nueva etapa en la que seguirá creciendo en todos los sentidos hasta nuestros días.
Por todo ello, podemos decir que Boffard es la marca de quesos más antigua de España, además de ser una de las más prestigiosas de nuestro país. Desde sus orígenes ha estado ligada a los más altos estándares de calidad. Destaca por su elaboración siguiendo los métodos tradicionales con prensado en paños de algodón, la mejor leche cruda de oveja y largos periodos de maduración con aceitados en bodega. Cuenta con 2 magnificas variedades de oveja: Boffard Reserva, con mínimo 8 meses de curación y Boffard Gran Reserva, una edición numerada que se fabrica a partir de la leche cruda de primavera y se madura 18 meses. Y también cuenta con una variedad de leche cruda de vaca y oveja, con una maduración mínima de 4 meses: Boffard Curado.
Boffard Reserva ha sido recientemente premiado con la medalla de bronce al mejor queso 100% leche de oveja en los últimos premios World Cheese Awards 2019 (Bérgamo, Italia).