El queso de la Adrada, el empeño de un hombre que ha conquistado varios continentes
El origen del queso de la Adrada está ligado al trabajo y esfuerzo de un emprendedor enamorado del Valle del Tiétar
Este queso se elabora en el municipio de la Adrada, en la provincia de Ávila, situado en las estribaciones del Valle del Tiétar, en la vertiente sur de la Sierra de Gredos (Castilla y León). El origen del queso de la Adrada está ligado a un nombre, el de Rafael Báez Bravo-Murillo, un emprendedor enamorado del Valle del Tiétar que en 1985 apostó por la diversificación de los quesos tradicionales de la región y así emprendió un camino no seguido entonces por muchos queseros, el de las pastas lácticas.
El resultado de su trabajo es el queso de la Adrada, un producto muy apreciado en el territorio español y también en el extranjero. Rafael fue un precursor de este tipo de quesos en España y afortunadamente en esta aventura le han seguido muchos queseros, consiguiendo otros quesos lácticos muy interesantes que hacen que estos quesos puedan competir con otros quesos europeos de gran tradición.
El mérito de este queso no radica sólo en su tecnología sino que se debe también a la leche empleada, de gran calidad microbiológica y con otras características que le aporta la alimentación del ganado, que pasta en una zona soleada y con un microclima muy especial.
El producto, que se comercializa bajo la denominación ‘Monte Enebro’, se caracteriza por su corteza recubierta de moho azul, propio del interior de los quesos azules, y su formato tubular, alargado y cilíndrico, conocido como ‘pata de mulo’. Ha obtenido varios oros en los World Cheese Awards y otros tantos galardones concedidos por el Gobierno español y el Club Gourmet, entre otras entidades.
En el extranjero, este queso de autor, del que se elabora un millar de ejemplares cada año, ha alcanzado un gran prestigio, especialmente en Gran Bretaña, Estados Unidos y Dinamarca, mercados principales para Queserías del Tiétar, la empresa responsable de la fabricación.