El Queso de Manada, un queso de cabra gigantesco
El Queso de Manada está considerado el queso de cabra más grande del planeta. Esta calificación no sólo se refiere a su tamaño, sino que también hace referencia a su grandioso sabor.
Benahoarita es la palabra con el que se denomina a una población aborigen de La Palma, en Canarias. Un conjunto de aborígenes de Canarias relacionados con los bereberes del norte de África que practicaban una curiosa forma de producción de queso, en la que el queso se elaboraba tan sólo con la leche de una misma manada o conjunto de unos 40 o 50 ejemplares de pura raza palmera. Los animales eran conducidos desde las zonas bajas de la isla hasta la cumbre, allí, se obtenía su leche para elaborar un producto que sólo admitía y admite ingredientes propios de la isla: leche cruda de cabra palmera, cuajo natural y sal marina.
El Queso de Manada forma parte de la variedad de quesos de la DOP Queso Palmero, se trata de unos quesos de leche cruda recién ordeñada, grasos y sabrosos. Producidos con procesos totalmente artesanales y cuidadosos. Llama la atención el tamaño y peso del de Manada: su peso debe ser igual o superior a los 8 kilos, esto y la forma de alimentación del ganado -el de Manada se alimenta mediante el pastoreo directo de los recursos forrajeros autóctonos de la zona de producción- los distinguen del Queso Palmero, que es de menor tamaño y en el que las cabras palmeras han sido alimentadas de otra forma.
Las costumbres ancestrales en la producción de lácteos recogen valores sociales, culturales y etnográficos de distintos pueblos que configuran el tejido poblacional de las Islas Canarias. Mediante el queso, podemos encontrar el valor de la tradición y la riqueza de hábitos y pasados de un territorio en el que el queso es símbolo de identidad y un alimento indispensable con un papel fundamental tanto en la nutrición como en su capacidad de crear reunión y compañerismo.
Este queso artesano que viene sazonado por la sal marina de la propia isla ha llegado hasta nuestros días gracias a la transmisión de generación en generación de la receta, una labor de difusión que han sabido mantener y comunicar los pastores, primeros responsables de que la materia prima, la leche, alcance su máxima calidad.
Entre las pequeñas queserías que trabajan este gran queso figuran Hoya de La Caldera, El Manchón, El Roque, La Candilera, El Mocán, Las Lameras y Los Barbusanos, negocios familiares que sólo emplean técnicas de producción tradicionales ajustadas a las normativas del Consejo Regulador.