Los quesos de la Comunidad Valenciana, sabores autóctonos y de calidad
En la Comunidad Valenciana existen más de cinco quesos que rescatan la tradición ganadera y el carácter de las distintas regiones de Castellón, Valencia y Alicante. Repasamos los nombres de algunos de los quesos de esta comunidad.
No cabe duda alguna sobre la calidad de los quesos autóctonos de la Comunidad Valenciana. Tanto en los quesos artesanales como en los elaborados de forma industrial, encontramos excelentes productos para todos los paladares que rescatan las variedades tradicionales por una parte, y crean nuevos quesos adaptados al gusto actual por otra.
Tecnología, investigación, tradición y pasión se unen para preservar y fomentar el patrimonio quesero valenciano.
Queso de La Nucía
El queso de La Nuncía es una variedad que proviene de la localidad alicantina del mismo nombre. Desde el año 2008, cuenta con un reconocimiento a su calidad y aroma lácteo. Se elabora con una mezcla de leche de cabra y vaca y es suave y blando, con poca sal y sin corteza exterior ni ojos. Está considerado como un queso blanco, que se distingue de otras variedades gracias a su curiosa forma de cono truncado con marcas de enrejado. El queso adquiere esta forma porque se deja escurrir en hueveras metálicas con una malla de rombos.
Queso de Servilleta
El queso de Servilleta es otro queso fresco valenciano pero que a diferencia de la mayoría de quesos frescos, cuenta con una versión curada. Su curioso nombre hace alusión al molde en el que se repara, que le otorga su forma tan fácilmente reconocible. Para producir este queso, se recurre a la leche de oveja y de cabra de ganado procedente de La Costera y el Alt Vinalopó. Para las papilas gustativas, este queso es suave y muy agradable, extremadamente fácil de combinar con otros productos.
Queso de Cassoleta
Una vez más, el molde otorga el nombre al queso y sirve para identificarlo. Para fabricarlo, se emplea una pequeña cazuelita en la que se introduce leche de vaca, cabra y/u oveja. En el pasado, este queso se conservaba en salmuera, una preparación que aportaba un punto extra de sal.
Queso de Tronchón
La zona del Alto Maestrazgo es el hogar del queso de Tronchón. Su origen es aragonés, pero gracias a su rico sabor, su producción y consumo se trasladó hasta la provincia de Castellón. Para elaborarlo, se hace uso de leches de alta calidad procedentes del ganado ovino o caprino. Algunas de las razas que dan la leche son la guirra y la rasa aragonesa. La leche se puede pasteurizar o bien, usar cruda. De nuevo, nos encontramos con una queso de forma muy característica: un volcán redondeado, con una zona hundida en el centro y dibujos florales sobre su corteza, por lo general comestible. Destaca su marcado sabor lácteo, que varía en gran grado dependiendo de la maduración y el tipo de leche. El color es marfileño o tostado, en algunas variedades.
Queso Blanquet
El Blanquet es un queso blanco de cabra profundamente unido a la tradición quesera de Alicante. Se elabora a lo largo y ancho de la provincia, y se caracteriza por su intensidad y textura, que admite incluso el paso por la sartén para convertirse en un potente manjar. Desde 2008, cuenta con un sello de calidad que certifica que se alcancen unos básicos de calidad. En cuanto a su aspecto, tiene forma de disco de 15 centímetros, color blanco -como su nombre indica- y varias muescas en el bordo, herencia de la marca que dejaban los antiguos moldes de esparto en los que se elaboraban estos quesos. Su sabor es más dulce que salado, y puede conservarse en salmuera o mediante el proceso propio del queso tierno, tras salarlo y someterlo a un período de oreo reducido.