Queso fresco de Burgos, un queso fresco saludable y natural
Este queso bajo en materia grasa es ideal para cuidar la línea tras los excesos navideños
Es uno de los quesos más icónicos de Castilla y León y uno de los quesos españoles más conocidos. Un clásico que por mucho tiempo que pase no pasa de moda. Este queso típico de Burgos tiene historia. Su origen se remonta al mercado semanal de la ciudad castellana que le da nombre donde en invierno y primavera se reunían los campesinos de los alrededores para vender sus quesos de leche de oveja. Allí encontramos el nacimiento de un queso que, debido a las frías temperaturas de Burgos, era propicio a que las cuajadas se conservaran durante más días sin necesidad de curarlas.
El queso fresco de Burgos es un queso blanco, blando y acuoso, originariamente se elaboraba con leche de oveja, aunque actualmente se suele utilizar leche de vaca o una mezcla de oveja y vaca. Para que sea denominado queso de Burgos, es necesario que éste contenga al menos entre el 5-10% de leche de oveja. Hoy la producción de este tipo de queso alcanza las 35.000 toneladas anuales.
El queso fresco de Burgos es uno de los quesos más saludables que podemos encontrar en el mercado. La razón la encontramos en su propia naturaleza, al no pasar por un proceso de maduración, conserva gran parte del suero de la leche y es rico en agua. En su elaboración se emplea mucha menos leche que en los quesos más curados. Debido a ese contenido acuoso, este tipo de queso no tiene una vida útil larga pero posee un reducido valor calórico en comparación con otros quesos y es de bajo contenido graso. El queso de Burgos tiene cerca de un 15% de materia grasa, un porcentaje muy bajo si lo comparamos con otros quesos. En cuanto a su aporte calórico, el queso fresco de Burgos tiene aproximadamente 200 Kcal por cada 100 gramos.
El queso fresco es además rico en potasio ya que gran parte de este mineral se encuentra en el suero que a medida que madura el alimento se pierde. El hecho de contener menos sodio que otros quesos y de que aporte muy poca cantidad de grasas saturadas hace que su consumo sea recomendable para las personas que quieran perder peso, así como para los hipertensos o aquellos con problemas cardiacos.
Queso fresco de Burgos de Albe
El queso fresco de Burgos de Albe es un queso fresco ligero y saludable, ideal para preparar ensaladas, canapés, tostadas, pinchos o bocadillos. Su consumo no solo se limita a platos salados. También se puede tomar acompañando de miel, membrillo o nueces como postre. Además de no tener ni conservantes ni colorantes, es un queso con un alto valor en proteínas.