Tronchón, el queso de Don Quijote de la Mancha
Este queso artesano, muy popular y representativo en todo Aragón fue retratado por Miguel de Cervantes en la obra cumbre de nuestra literatura
“Yo como D. QUIJOTE Y SANCHO, también he comido queso de Tronchón, si vuesa merced quiere un traguito, aunque caliente, puro, aquí llevo una calabaza llena de lo caro, con no sé cuántas rajetas de queso de Tronchón, que servirán de llamativo y despertador de la sed, si acaso está durmiendo. [...] dieron fondo con todo el repuesto de las alforjas, con tan buenos alientos, que lamieron el pliego de las cartas, sólo porque olía a queso"
Don Quijote de la Mancha - Segunda parte - Capítulo LXVI
Miguel de Cervantes hace referencia al queso de Tronchón en dos ocasiones en la segunda parte de su gran obra maestra ‘El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha’. No se sabe desde cuándo se elabora este queso, pero lo que es seguro es que en 1615, cuando se publica la segunda parte de la novela de caballería más famosa de todos los tiempos, el Tronchón ya era un queso célebre en toda España.
De Tronchón a Castellón
Su origen lo encontramos en la localidad aragonesa del mismo nombre, aunque su elaboración se ha extendido por toda la comarca del Maestrazgo a caballo entre las provincias de Teruel y de Castellón y finalmente por efecto de la trashumancia por toda la provincia de Castellón.
El queso de Tronchón se elabora con leche cruda o pasteurizada de oveja de razas autóctonsa, aragonesa o guirra, también de cabra o mezcla de ambas en función de la disponibilidad del ganado. Su aspecto es muy característico. Esa forma circular con un hueco en medio en forma de volcán en ambas caras y un característico dibujo en forma de flor sobre la corteza, lo hace inconfundible. Su sabor intenso a leche de oveja es otro de los rasgos que lo hacen único.