Un país de quesos

Bienvenidos a un viaje a través de sabores singulares, productos únicos y quesos de altísima calidad que representan la riqueza láctea y las tradiciones ganaderas y pastoriles de España. Para esta aventura entre las Denominaciones de Origen más populares no hace falta más equipaje que las ganas de disfrutar y hacer disfrutar al paladar y al olfato. Comenzamos. 

Cabrales, Gamonéu, Picón y Quesucos de Liébana

El archiconocido Queso de Cabrales es un queso azul originario de Asturias, su producción se concentra en el concejo de Cabrales y en las cercanas poblaciones de Cáraves, Oceño y Rozagás. Este queso cremoso, algo picante, fuerte y de color marfileño con notas azules y verdes es conocido por su olor penetrante y su sabor pungente a la par que irresistible. 

El Cabrales es ejemplo de la exuberancia quesera de los Picos de Europa, territorio en el que también se elabora el Queso de Los Beyos IDP y el Queso de Valdeón IDP, en León. Este queso es intenso, ligeramente picante, salado y muy graso. Con el Queso de Gamonéu nos encontramos ante otro queso azul asturiano, que destaca por su sabor ligeramente ahumado y su textura grasa. El Gamonéu se elabora en aldeas de los concejos de Onís, pero no es el último queso que procede de los Picos de Europa, ya que si nos trasladamos a Cantabria podremos degustar el El Picón Bejes-Tresviso, un queso azul propio de la comarca de Liébana, y los Quesucos de Liébana, quesos semi duros de sabor suave elaborados en el valle del mismo nombre. 

Galicia, la tierra del Queso de Tetilla, el Arzúa-Ulloa, el San Simón da Costa y el Cebreiro

Nuestra siguiente parada en este viaje es Galicia, una comunidad autónoma que cuenta con hasta cuatro quesos con el distintivo de Denominación de Origen. El primer queso gallego que obtuvo el sello fue el de Tetilla. Este queso tan famoso dentro y fuera de Galicia se elabora con leche de vaca, su pasta es blanda, muy cremosa y ligeramente ácida. Su forma cónica hace que sea fácilmente reconocible. De sabor similar al de Tetilla es el Queso de Arzúa-Ullóa, un producto elaborado con leche de vaca que según su tiempo de curación será cremoso o más duro y picante. 

En la Terra Chá se halla la parroquia de San Simón da Costa, población conocida por la artesanía con la que elaboran el Queso de San Simón, un queso de leche de vaca con un toque de ahumado logrado gracias al efecto del humo de leña de abedul. Estos quesos tienen un largo proceso de maduración que les otorga una textura sólida y el reconocible color amarillo.

Original como pocos, el Queso de Cebreiro, oriundo de la zona de O Cebreiro-Pedrafrita, llama la atención por su receta única y su sabor tan apreciado por antiguos reyes y reinas. Dentro de su forma de hongo nos aguarda un queso fresco de pasta blanda, blanca y granulosa, elaborado con leche de vaca. 

Queso Manchego

Probablemente, el queso español más reconocido fuera de nuestras fronteras. Los quesos que se encuentran bajo la Denominación de Origen de Queso Manchego son conocidos por su calidad excelente, lograda gracias a la leche de oveja de raza manchega. Cuentan con una consistencia firme y compacta y un olor profundamente lácteo. Según la maduración, el sabor varía profundamente, llegando a ser picante en los quesos muy maduros. En esta DO abunda la producción, gracias a eso se pueden obtener quesos variados de interesantes matices. 

Ideazábal y Roncal, dos quesos del norte

La leche de oveja de las razas Latxa y carranzana es el producto básico para elaborar el excelente Queso de Idiazábal, un producto propio del País Vasco y Navarra. El sabor que impregna su textura dura y compacta es, en ocasiones, ahumado y siempre equilibrado, limpio e intenso. De salinidad media, su gusto persiste una vez degustado. 

En el valle de Roncal, en Navarra, nace el queso homónimo. El Queso de Roncal es de pasta dura y corteza mohosa, de sabor profundo a leche de oveja y carácter definido. En 1981, el Queso de Roncal fue designado con la marca de Denominación de Origen de Quesos, siendo el primer queso en recibirla.

Extremadura, la comunidad de los quesos cremosos y con espíritu

Extremadura es la tierra de la Torta del Casar, el Queso de Ibores y el Queso de la Serena. El primer queso es uno de los quesos más reconocidos en Extremadura. De la unión de la leche cruda de oveja entrefina y el cuajo vegetal del cardo silvestre nació la Torta de Casar, un queso cremoso, ideal para untar sobre pan y con un fuerte olor. El Queso de La Serena se elabora con leche de oveja merina. Este queso es blando, casi líquido, y muy cremoso cuando no supera cierto período de maduración. Una vez superado este tiempo, pierde la condición de torta y se endurece, asemejándose a la textura del queso curado.

En el territorio de Villuercas, Ibores, La Jara y Trujillo se elabora tradicionalmente el queso de Ibores, un queso de cabra que se origina de una excelente leche cruda. En sus sabor vive el espíritu de la pasión por la artesanía. Es algo ácido y picante, más bien salado y muy agradable al paladar.

Islas de queso

En la isla de Menorca, podemos degustar el Queso DOP Mahón-Menorca, un queso hecho con leche de vaca. Presenta una pasta prensada no cocida, cuyo sabor evoluciona según el grado de maduración, pasando de ser suave y ligeramente salado a más penetrante y avanzado. 

El archipiélago canario cuenta con tres Denominaciones de Origen, la del Queso Palmero, la de Queso de Flor de Guía, elaborado con cuajo vegetal, y la de Queso Majorero. Este trío de D.O.P nos recuerda la importancia de la ganadería y de la tradición viva en las Canarias. En los quesos canarios nos encontramos el patrimonio cultural de los maestros queseros del lugar. El Queso Majorero fue el primer queso de cabra de todo el país en lograr la Denominación de Origen Protegida. Este, y otros quesos canarios, son elaborados con leche de animales autóctonos de razas canarias, caracterizados por su alta calidad y características organolépticas originales.